Para entender la fotogenia debemos comprender primero cómo “piensa” la cámara. De este modo y con los trucos que te contamos a continuación podremos aprovechar todo nuestro potencial y sacarnos todo el partido posible.
Así pues, ¡vamos con ello!
¿Es lo mismo ser guapo que ser fotogénico?
A menudo se confunden los términos, pero has de saber que la fotogenia no está relacionada con el atractivo físico de la vida real.
Una persona es fotogénica cuando se muestra favorecida ante la cámara, y al contrario, no lo es cuando se muestra desfavorecida. Es decir, puedes ser la persona más guapa del mundo y aun así no salir agraciada en las fotos o vídeos.
¿Quién no ha oído a una madre decir: “es que tu padre nunca sale bien en las fotos”, o a alguien mencionar que “ese famoso es más guapo en la vida real que en la TV”? Son dos casos muy típicos en los que podemos ver claro que la fotogenia no es su mejor aliada.
Parece que otras personas, por el contrario, siempre resultan bien en imagen, y tienen un talento especial para moverse y expresarse.
¿Quieres formar parte de los que juegan con ventaja? ¡Sigue leyendo!
Lo que hay detrás de la fotogenia…
La fotogenia tiene una explicación y es muy fácil de entender: cuando miras a una persona la ves con tus dos ojos. Sin embargo la cámara sólo tiene un objetivo que capta su imagen. Al tener dos ojos, el efecto que se forma es tridimensional, mientras que con la cámara mucha de la información se pierde, y la imagen que resulta es plana.
En la vida real observamos a una persona a través de numerosos ángulos, no con una sola posición, y en una foto se la juzga sobre un ángulo concreto, que permanece fijo. El truco de la fotogenia es generar en lo posible ese efecto tridimensional que se pierde ante la cámara, a través de los 3 elementos que forman parte de este juego:
- El fotógrafo/director
Formar parte de un ambiente agradable que te haga sentir cómodo y relajado es de las cosas que más te ayudarán. De este modo podrás hacer una actuación orgánica y natural o mostrar una sonrisa sin tensiones.
- Elementos técnicos: lentes de cámara, iluminación…
No podemos olvidarnos del papel tan importante que tienen las luces y las sombras para jugar con los relieves, según nos interesen para transmitir ciertas sensaciones, pero no son lo único que se debería tener en cuenta: los ángulos de cámara, la profundidad de campo, los colores y filtros utilizados, maquillajes que no hagan brillos, el vestuario adecuado… ¡Las posibilidades son infinitas!
- Tú
En realidad todo está en tus manos. Eres tú quien elige el fotógrafo, con una buena reputación y buenos medios técnicos en su estudio, y eres tú el único que puede exteriorizar la expresividad que la cámara pide. ¡Sigue leyendo!
¿Qué puedes hacer para mejorarla?
Empieza por hacerte la siguiente pregunta: ¿Qué te hace único? Por decir tres ejemplos cualquiera, puede que tenga unas pecas muy características, que tus paletos estén separados, o puede que tuerces la boca al sonreír de una manera muy particular. Lo importante es conocerte bien y nunca esconder tus rasgos. Sácales partido, tanto a los faciales como a los corporales.
Una vez dicho esto, puedes seguir el resto de nuestros consejos:
- En fotografías:
Relájate y no muestres tensiones. Por encima de todo, lo más importante es que estés seguro de ti mismo. Créenos, el autoestima natural es lo que más se refleja en las fotos.
Lo normal es girarnos tres cuartos y doblar nuestras articulaciones en vez mostrarnos rectos y de frente. De esta manera creamos sombras y profundidad, lo que hace una figura más estilizada. Por perspectiva, lo que está más cerca de la cámara se hace más grande y lo que está más lejos empequeñece. Por eso, de igual modo, podemos llevar la cabeza al frente para estilizar el cuello (¡y la papada!).
Si por el contrario necesitas el efecto opuesto, es decir, mostrar es una espalda ancha, por ejemplo, es mejor que te muestres de frente.
- En vídeo:
Una imagen en movimiento puede ser con nosotros incluso más cruel que las fotos. Un video captura gestos que no somos conscientes de hacer cuando nos miramos a un espejo o salimos en una foto. El vídeo capta la realidad, cómo somos, nuestra esencia; por eso, en este caso, lo mejor es grabarnos para conocernos bien, ver los resultados y analizarlos.
Además puedes jugar con la luz. Si es natural suele ser más uniforme, pero si no, te interesa saber de dónde vienen sus focos para favorecerte. Haz que juegue a tu favor.
Ahora que entiendes los fundamentos de la fotogenia un poco mejor, cuéntanos: ¿estás contento con la manera en la que apareces ante la cámara? ¿Alguna vez te habías planteado hasta qué punto puede influir la tridimensionalidad?