Entramos de lleno en un tema peliagudo, propio de conocidos cuando te oyen decir que eres modelo en las cenas que te reunas. Fuera de bromas es algo recurrente en muchas conversaciones desesperadas con más de una copa de vino en las mesas de amigos. Para lograr éxito, entendiéndolo como dinero y fama, ¿es mejor ser un buen modelo o tener una agenda llena de contactos y trabajos?
Imagínate que llevas años intentando trabajar, en serio, como modelo. Conoces todos los secretos, tienes un buen físico y tienes claro tu estilo propio. Pero nunca has conseguido mas que hacer colaboraciones o desfilar en pequeños desfiles organizados en la cafetería de turno. Sin embargo, en los desfiles más importante de tu lugar, puedes ver a un desconocido que hace las mismas cosas que tú. Con las mismas poses y estilo. Y a muchos se los llevan los demonios. Incluso te puede parecer que es bastante peor que tú…
Por no hablar del mundo de los concursos. Siempre que gana uno que no eres tú, el premio está dado. O en los que hay votos populares, seguro que el ganador tiene miles de amigos o cientos de miles de bots a su servicio. En estos casos, siempre existe la sensación de que el mundo está en tu contra y que los demás saben algo que tú no sabes. Y a mucha gente está sensación les despierta la frustración, la rabia y el odio a los demás en los casos más extremos.
A muchos les entran ganas de tirar la toalla. De mandar todo a un lugar innombrable. ¿Cómo puede ser? Cómo este no sé cómo llamarle es capaz de desfilar aquí y yo que llevo toda la vida soy incapaz de conseguirlo… Seguro que estos pensamientos han rodado alguna vez por vuestra cabeza, aunque sea mínimamente. O conocéis a alguien que se ha expresado así en una reunión …
La famosa agenda de contactos
Y entonces es cuando aparecen las famosas frases:
Seguro que alguien ha hablado con alguien… Seguro que conoce al jurado… A este le he visto siempre detrás de fulanito o menganita…
Lo más fácil siempre es cuestionar el mérito de cualquiera, en cuestión y acudir a la ayuda externa para tratar de explicar el éxito ajeno. Cosa que jamás se pensará si el afortunado eres tú. Es algo que va en el carácter de muchos. No hay otra forma de explicar que las buenas noticias solo le lleguen a los demás.
Se olvida mucha veces el trabajo que puede estar detrás de todo lo que ves, las horas robadas al sueño y de fiesta. El dinero que se ha gastado en formación y por supuesto, la naturaleza propia de la persona. El modelo nace, pero se tiene que formar… La envidia es uno de los pecados capitales más graves.
Pero a pesar de todo circulan muchos rumores sobre la importancia de tener buenas padrinos para triunfar en este mundo tan glamuroso. Llevándolo al terreno de la cultura existe la opinión en algunos sectores de que hay muchos Top y que si triunfaron antes que tu ¿Porqué no lo vas ha conseguir tu?
Algunos piensan que con un buen mecenas todo está hecho. Pero es el mayor error que puedes hacer, porque dependerás y harás todo lo que el diga, puesto que es el que pone el dinero para promocionarte, etc …
La cruda realidad de la vida del modelaje
Y en el mundo real lo único es que hay que trabajar hasta desfallecer para conseguir algo. Y que puede que no llegues nunca. Pero mientras al menos puedas comer no tiene porqué importar. Siempre podremos dedicarnos a otras cosas, como la formación, el mundo de las ventas o cualquiera de las posibilidades que ofrece un físico como el tuyo…
Y si tenemos el don de gentes o mejor aún, podremos empezar a triunfar. Siempre y cuando pienses que es lo importante, claro está. La única realidad es que si eres realmente bueno, profesional, te mantendrás en lo más alto, en el lugar que otros te han colocado. Muchos han caído a pesar de sus fuertes apoyos.
Como no tengas formación y sobre todo, nada que decir, serás como Ícaro, el personaje mítico que quemó sus alas de cera por volar demasiado alto y acercarse al sol que soñaba con alcanzar. Hay que dejar de envidiar a los demás y luchar por formarse, por lograr expresarse en un trozo de papel y dejar para los demás las ganas de criticar. Nadie dijo nunca que ser modelo profesional fuera fácil. Apasionante sí pero pocas veces podrás retirarte a tu mansión de oro si solo tienes una cara bonita. Y suerte si consigues encontrar un buen mecenas.